jueves, 27 de octubre de 2011
Su fuerza, nuestra fuerza
Ingresó en nuestra vidas como una suave brisa sureña, por el agujerito estrecho de una cerradura, con el 22% de los votos en el año 2003.
Al otro día de aquel 25 de mayo, encaró la resolución de un largo conflicto por reclamos salariales de los maestros de Entre Ríos.
De allí en más se fue convirtiendo en un huracán en cuyo doble centro ciclónico y anticiclónico estuvo siempre. Así ocupó toda la dimensión política de nuestro país.
Enfrentó al FMI y nos desligó de su carga oprobiosa.
Con él fue derrotado el ALCA. Con él se bajaron los cuadros de los represores de la dictadura cívico-militar, en el Colegio Militar de la Nación. Con él el pueblo argentino recuperó la política como instrumento de transformación. Y cuando todo se vestía de derrota en el congreso de Cobos y después de aquel 28 de junio de 2009 dijo: “vamos por la Ley de medios”; él no dudó: “vamos por más”.
Hoy está presente por MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA, en la mano que condena a cadena perpetua a los genocidas Astiz, Radice, Acosta, Pernía, Cavallo, Montes y otros de la ESMA.
Está presente junto al triunfo de Cristina, en cada uno de los votos de ese 54%.
Está presente en el amor de casi 12 millones de argentinos. Esa es su fuerza, esa es nuestra fuerza.
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